¡QUÉ MARAVILLA! AÚN ME ASOMBRO

Imponente, desafiante, resonante, rompe en el cielo y raudo, como una flecha, va de un lado a otro llevando y trayendo desde una aguja hasta cualquier pedazo de cualquier cosa. Lo veo y me parece increíble, pienso y me pregunto cómo las aves lo verán. Quizás como un monstruo.

Es un gran invento. Desafía las leyes de la física, funciona gracias a la mecánica, se perfecciona por la tecnología, es una suma de saberes, es simplemente increíble. Dédalo y su hijo Ícaro , con su alas de cera, lo lograron. Es el sueño de libertad, porque solamente la libertad está en los cielos. Por allí corren los vientos, las nubes danzan, las aves gobiernan, las libélulas se aparean.

Ahora me imagino millones de años atrás, el Pterosaurio, invadiendo los cielos, extendiendo sus alas, buscando su presa, como lo hace cualquier satélite moderno. El hombre lo imitó con un gran pájaro de acero, entonces la satisfacción quedó saciada, al fin el hombre tomó vuelo. Es increíble, con sus alas extendidas sube desafiando el viento. Quizás para sentirse más cerca de Dios, qué paradoja!, allí sube para regar bombas que matan, es el lado triste del invento.

Cuando los hermanos Wilbur y Oliver Wright abrieron el siglo XX volando muy cerca del suelo, jamás se imaginaron que transformarían al mundo, recortando las distancias con respecto al tiempo. Da Vinchi, lo persiguió, con su talento de genio, no lo consiguió, pero por su olfato lo sentenció; ” algún día el hombre volará”, y no se equivocó.

Es fascinante verlo despegar, llevando miles de esperanzas, de risas, alegrías y miedos. Como si Dios con su mano, lo levantara desde lo lejos, luego cuando se tira, con su estómago lleno, parece que se sintiera orgulloso y dijera: “misión cumplida señores pilotos”. Siento una alegría en mi corazón, mis ojos brillan de admiración, me hace sentirme orgulloso de todo lo que se llama progreso, me siento más humano porque todavía me asombro. Y lo más interesante es que le da vida al niño que llevo por dentro.


Los aviones están más cerca al sol, a la luna y a los luceros, representan la osadía que el hombre lleva por dentro, la inteligencia, la constancia, para hacer realidad los sueños, me parece increíble, tantas toneladas en vuelo.